El objetivo del Proceso de Coaching es acompañar al cliente para que alcance sus objetivos impactando sobre la coherencia entre sus decisiones y acciones. En este proceso transformacional, el cliente reflexiona sobre una dimensión integral de su vida profesional y personal.

El Coaching ejecutivo es un proceso de aprendizaje transformacional que nos invita a observar de distinta manera, a mirar con diferentes gafas la realidad, para ver las cosas desde otro punto de vista. Es un aprendizaje que impacta en los paradigmas que organizan la manera en que interpretamos y creemos que el mundo funciona.

Se trata de poder accionar desde esa nueva perspectiva. No se trata de saber sino de saber hacer. Coaching no consiste en resolver un problema circunstancial. Trabajamos para que ya no sean las circunstancias las que organicen el compromiso y que sea el compromiso el que organice las circunstancias de la vida.

El espejo del feedback del coach nos saca de nuestra ceguera. Somos ciegos en la acción. El cliente de coaching dispone de un espacio seguro y confiable donde puede reflexionar en paz sobre sus decisiones y tomarlas con mayor claridad y proactividad. Frente al “testigo comprometido” que es su coach, el cliente se piensa a sí mismo y encuentra sus respuestas, que son aquellas que le valen para accionar en el mundo real.

Acompaño a mi cliente de coaching ejecutivo a diseñar su futuro, a  llegar a donde quiere ir, a tener foco en el logro de sus compromisos.  En mi rol de espejo no le devuelvo la imagen de lo que está siendo, sino la imagen de lo que está comprometido a estar siendo y que es lo que le está faltando para llegar.

Como coach me hago cargo de la urgencia y la velocidad a la que mi cliente necesitan viajar. En este mundo incierto, veloz y con y stress, quienes tienen altas responsabilidades institucionales de liderar proyectos, procesos y organizaciones requieren decidir asertivamente a una velocidad que no siempre pueden sustentar.